Por Horacio Brieva.
Hace un par de años fui a Riohacha, a un evento de ONG, y lo que más me impactó fue que me advirtieran que no podía tomar agua de los grifos por estar altamente contaminada y por los obvios riesgos de una gastroenteritis. Hasta para cepillarme los dientes tuve que comprar agua embotellada. Y el mazazo más reciente sobre La Guajira lo sentí al ver las imágenes del especial de Pirry donde muestra los estragos mortales del hambre en la población infantil indígena.
Imperdonable en una tierra colmada de recursos naturales, como el carbón, a la que la geografía la premió generosamente con una luz solar y unos vientos excelentes para la generación de energías alternativas.
Otro dato desconsolador es que La Guajira es uno de los departamentos más retrasados en educación, en un país que acaba de ocupar el último puesto en las pruebas Pisa. Además, como departamento de frontera ha recibido los bruscos coletazos de la crisis venezolana.
Los guajiros tienen una cita atípica en las urnas el primero de junio. Escogerán al gobernador que concluirá el período del destituido gobernador Francisco Kiko Gómez. No sé si los guajiros van a decidir bien su futuro inmediato. No sé quién va a ganar las elecciones de los tres candidatos que finalmente se inscribieron.
Personalmente me atrevo a colocar las manos en la candela por uno de ellos, porque lo conozco y puedo certificar su probidad y capacidades. Se trata del médico pediatra Luis Gómez Pimienta, que fue inscrito por la senadora Claudia López a nombre de la Alianza Verde. Conocí a Gómez Pimienta cuando fue alcalde de Riohacha en el período 1995-1997. Un sábado, a bordo de una avioneta que me hizo sentir volando en una frágil hoja de papel, acompañé al alcalde Édgard George, de quien era su secretario privado, a una reunión con Gómez Pimienta y su gabinete. Fue un cordial intercambio de información y análisis entre las dos administraciones.
Gómez Pimienta fue un alcalde respetuoso de los dineros públicos, a quien sus coterráneos lo reconocen como un hombre honrado, y seguramente por esa buena imagen los taxistas cuando lo llevan no quieren cobrarle.
Estudió en la Universidad del Cauca, y en la misma hizo sus estudios de postgrado en pediatría. Fue secretario general y viceministro del Ministerio de Salud en los períodos respectivos de Camilo González y Gustavo de Roux, quienes en el gobierno del expresidente César Gaviria ocuparon esa cartera ministerial en representación del M-19, tras la salida de Antonio Navarro, que del Ministerio saltó a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, cuya presidencia compartió con Horacio Serpa y Álvaro Gómez.
La Guajira ha padecido de manera particular los efectos perversos de la corrupción derivada de la pésima calidad de la política. Es la principal rémora estructural que explica los atrasos de un departamento rico en recursos. La candidatura de Gómez Pimienta es un desafío a los poderes establecidos de su tierra: su victoria dependerá de que los guajiros se decidan a apoyarlo arrolladoramente. Él es garantía y símbolo de decencia.