Apenas inicia el segundo mandato del presidente Juan Manuel Santos (2014-2018), e inmediato una fractura en los partidos de gobierno, sobretodo los pertenecientes a la bancada costeña por la forma en que fue conformado el gabinete ministerial, donde los políticos caribeños no se sienten representado. Contrario a las declaraciones del ejecutivo.
En efecto, a escasas horas de haber anunciado el presidente su nuevo gabinete para acompañarlo en su segundo mandato que le apuesta a la Paz, Equidad y Educación para todos, se escuchan “ruidos”, sobre todo en el legislativo donde la bancada costeña y otros parlamentarios de la Unidad Nacional, acaban de hacer un desaire al ejecutivo con su inasistencia a una reunión que convocó en la Casa de Nariño. Y no es para menos, según Armando Benedetti "que el Partido de la U ni la costa Caribe se ven representados en los nombres. No lo he visto en la sede, no los he visto en una asamblea, trabajando en las campañas ni siquiera la reelección del presidente".
Por otro lado el Presidente del Congreso José Name Cardozo, también sobre el tema expresó "Admiro a @ginaparody en lo que no estoy de acuerdo es en que se diga que es del Partido de la U y que es Caribe (sic)".
El florero de la discordia es que la bancada costeña, reclaman una verdadera y representativa cuota ministerial si tenemos en cuenta que fue esta sección del país con su caudal electoral que dio el espaldarazo al presidente para mantenerse en el cargo. Según el ejecutivo los recientes ministros designados, Yina Parodi, educación, de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez y Natalia Abello, de Transporte, es la cuota costeña. Contrario a las afirmaciones de Name y Benedetti, dos connotados políticos pertenecientes a los partidos de gobierno.
El gobierno, a través de su nuevo ministro del interior, Juan Fernando Cristo, reclama autonomía e independencia del ejecutivo, cuando manifestó “No acepta ninguna injerencia en su fuero".
Así las cosas, lo que se evidencia entre el ejecutivo y el legislativo, sobretodo la Unidad Nacional (Partido de la U, Liberales y Cambio Radical), es una fractura que tendrá que llevar el ejecutivo al quirófano, a fin de Mantener cohesión en la mayoría parlamentaria para sacar avante iniciativas legislativas que apuntale el logro de los tres principales ejes temáticos del nuevo cuatrienio que recién inicia. Es el gran reto de la cartera política.
La primera prueba de fuego entre estos dos poderes de la Estructura del Estado Colombiano, será indiscutiblemente cuando el Congreso en pleno tenga que elegir al nuevo Contralor General de la República, el cual tendrá que producirse dentro del mes siguiente al inicio de la legislatura (20 de julio).
Para nadie es secreto que en la Democracia Colombiana, muy a pesar que la Constitución Política de 1991, habla de la Autonomía e Independencia de los poderes (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Órganos de Control), en la praxis, la injerencia e interferencia es usual y recurrente “tú me elige, yo te elijo” “tú me ayuda yo te ayudo”.
La otra gran verdad axiomática, es que, en la designación de altos funcionarios que no son de libre nombramiento del ejecutivo, de alguna manera tiene una gran incidencia en su escogencia. Y no es para menos. Ningún gobernante (Presidente, Gobernador, Alcalde), con la mayoría en el (Congreso, Asamblea, Concejo), se deja montar un Contralor que milite en partidos de oposición.
Luego entonces, surge la pregunta del millón, ¿Elegirán los Congresistas al Contralor General de la República con la Autonomía e Independencia que por mandato constitucional tienen o hacen rimbombancia al “guiño presidencial”?
Escribió:
IGNACIO RAFAEL ESCUDERO FUENTES
Abogado Especialista en Instituciones Jurídico – Políticas y Derecho Público Uninacional y Docente Uniguajira.