Su amiga en la Web

WEBMASTER: LUIS MORA DOMÍNGUEZ

CALLE 8 # 9-81 RIOHACHA, LA GUAJIRA, COLOMBIA

WASAP: 3045389946 CEL. 3015573868
E-MAIL:ROSITAFMESTEREO@GMAIL.COM

Dios, la raza humana y el cambio climático

10.04.2014 09:15


Por: HERNAN BAQUERO BRACHO
Al principio Dios creó el mundo y con él, una tierra de “leche y miel” tal como se encuentra registrado en el libro sagrado que es la Biblia en todo el capitulo del Génesis. “Tierra de leche y miel” lo que es hoy Irak, Irán, Israel, Palestina, entre otros. Luego Dios creó al hombre a su imagen y semejanza en el “jardín del edén”, que para mí fue el laboratorio genético, donde el Dios que se señorea sobre nosotros nos hizo casi como una réplica en el aspecto genético y cromosomatico. Pero la raza humana que Dios creó comenzó a darle dolores de cabeza desde el inicio. Una raza malvada y fue así como la envidia se enquistó desde el comienzo en el ser humano y así Caín asesinó a su hermano Abel por pura envidia. Luego fueron guerras y guerras que la población humana enfrentó entre unos y otros, tal como está registrado en la Biblia en el Pentateuco.

Una raza siempre asesinando a los otros por riquezas y poder.

El furor y la ira de Dios no se hizo esperar. Dios envió el “diluvio” tal como lo relaciona Génesis 6 – 5:7: “Yhavé vio que la maldad del hombre en la tierra era grande y que todos sus pensamientos tendían siempre al mal. Se arrepintió pues, de haber creado al hombre, y se afligió su corazón. Dijo: “borraré de la superficie de la tierra a esta humanidad que he creado y lo mismo haré con los animales, los reptiles y las aves, pues me pesa haberlos creado”. Noé, fue el único hombre sobre la tierra que se había ganado el cariño de Yhavé. Entonces Dios o Yhavé envió el diluvio universal y acabó con la raza humana, salvando solo a Noé, su familia y un animal de cada especie que entró a la mítica arca. La historia todos la conocen. Tiempo más tarde, la raza humana volvió a un grado tal de degeneración en todos los aspectos: somaquismo, homosexualismo, lesbianismo, asesinatos y corrupción en todos los órdenes y pare de contar y todo esto está descrito en la misma Biblia de lo que fue Sodoma y Gomorra que fueron destruidas por la misma maldad y todo indica que fue con energía nuclear, que algún día la historia contará la verdad.


De ahí volvió a resurgir nuevamente la raza humana, pero no cambiaron de pensamiento, siempre con la maldad por delante y tanto es así para resaltar que la “tierra de leche y miel” hoy es un desierto. A través del tiempo la raza humana acabó con toda esa gran franja de terreno fértil y exuberante. Dios otra vez colérico quiso nuevamente acabar con esa raza pero había hecho un pacto de no volverla a exterminar. Luego entre Malaquías y el nuevo testamento pasaron 400 años donde no envió ni profetas, ni nada, estaba mudo por tanta maldad pero seguía amando a su pueblo querido como es Israel y por ello envió a su hijo amado hecho hombre, nuestro Señor Jesucristo, quien vino al sacrificio como el cordero que quita los pecados del mundo. ¿Qué pasó? Llegó con esa humildad y con ese mensaje de amor por todos nosotros, pero la raza humana no lo entendió y mucho menos los religiosos de la época, al contrario lo humillaron y lo crucificaron como un delincuente y todos conocen también esta historia. El amor al poder, a las riquezas y los celos de ese mismo poder fueron el detonador para la sacrificio, muerte y resurrección del Hijo de Dios.


Han pasado más de dos mil años y la raza humana que Dios creó a su imagen y semejanza no ha cambiado. Al contrario ha aumentado en su maldad y en su codicia. Antes eran los filisteos y tantos hombres malos que menciona la Biblia. Hoy los nuevos filisteos son los países ricos o el G8 que en su afán de poder han venido destruyendo el planeta: disminución de la capa de ozono, aumento del CO2, tala de bosques y destrucción general de la naturaleza y ahí llegamos en lo que estamos: el cambio climático. Que se prevé para el año 2050, la tierra no será la misma que es hoy. Por ello Dios no acabará con el planeta, será la misma raza humana el causante de tal desgracia para desdicha e infortunio de todos nosotros. Es momento de reflexión, es momento de lucha y de rechazo a tantos desmanes de esta raza que Dios creó con tanto amor.