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La España moderna vive un cambio de trono: Juan Carlos I pasa a la Historia

18.06.2014 18:53

Con 76 años, el joven que juró el 22 de noviembre de 1975 servir al pueblo español echa su última rúbrica para lo que considera otro gesto en pro de su país: ceder la Corona a su Heredero, a quien definió como «el mejor preparado» para ser Monarca

Con un emotivo abrazo, Juan Carlos I daba paso a su hijo Felipe como nuevo Rey de España. «Mi hijo Felipe, heredero de la Corona encarna la estabilidad, símbolo de la Institución Monárquica. Tiene la madurez, la preparación, el sentido común y la responsabilidad para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado», aseguraba Don Juan Carlos en la Ley de Abdicación. A continuación, ambos se fundían en un abrazo y se intercambiaban las sillas. Don Felipe, sentado ya en el asiento con calzas que le elevaba por encima del resto de los asistentes, llamaba a las pequeñas Leonor y Sofía para que dieran un beso a su abuelo.

[Así hemos contado en directo la ceremonia de Abdicación]

Este abrazo no ha sido el único símbolo del relevo generacional. En la solapa de la chaqueta, el Príncipe Felipe llevaba la insignia como gran maestre del Toisón de Oro, la orden de caballería más antigua de Europa. Su padre portaba la insignia como caballero.

Al acto, celebrado en el Salón de Columnas del Palacio Real, han acudido unos doscientos invitados. Entre ellos estaban los Representantes de poderes del Estado, como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; los presidentes del Congreso, Jesús Posada, y del Senado, Pío García Escudero; los presidentes autonómicos y la propia Familia Real. La última ceremonia de abdicación que vivió España fue mucho más íntima.

Hace hoy 34 años fue Don Juan quien inclinaba la cabeza ante su hijo en un acto celebrado casi en la clandestinidad, donde solo estuvieron presentes la familia más cercana y el ministro de Justicia, Landelino Lavilla, como Notario Mayor del Reino.

 

Un gesto para la posteridad: Don Juan Carlos abraza a su hijo Felipe y le cede su silla

 
Hecha su renuncia, el Conde de Barcelona saluda al Rey. Tras él, Doña María de las Mercedes y el duque de Badajoz

«En virtud de esta mi renuncia, sucede en la plenitud de los derechos dinásticos como Rey de España a mi padre, el Rey Alfonso XIII, mi hijo y heredero el Rey Don Juan Carlos I», recitaba de forma solemne el Conde de Barcelona. A continuación se cuadraba ante su hijo, y tras exclamar «¡Majestad! ¡Por España! ¡Todo por España!» le saludaba con una inclinación de cabeza. Con el taconeo final daba comienzo una nueva etapa en la historia de España.