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Murió el periodista Álvaro Florez Ortega

17.10.2014 19:04

Su deceso se produjo en la madrugada del viernes en Riohacha, ciudad donde llegó muy joven y residió la mayor parte de su vida. Un infarto fulminante se lo llevó.
 

De 73 años, 'Alvaro Flórez Ortega, estaba casado con Lorena Illidge Barros, unión de la cual nació su única hija: Leonor Elisa Flórez Illidge, nombre que recuerda y honra la memoria de la ilustre matrona riohachera Leonor Elisa López Pimienta, esposa del reconocido Senador y exgobernador guajiro, Eduardo Abuchaibe Ochoa.


Álvaro Flórez conocido como 'El Flechazo' por el nombre de su programa periodístico, revolucionó la manera de hacer periodismo en el entonces casi virgen e incipiente mercado radial, de la capital del departamento de La Guajira.

Siempre con un compañero de cabina, a dos voces y con una gran capacidad histriónica, relataba el diario quehacer de la política local, imprimiéndole rasgos caricaturescos a los personajes más respetados y emblemáticos en el ámbito de la política peninsular.

Aquellos que estaban en la palestra política por esas inmemoriales épocas, temblaban de ira ante los mordaces y algunas veces irreverentes 'flechazos' o se extasiaban de orgullo, ante los reconocimientos que emitía a través de su espacio radial, el periodista Álvaro Flórez Ortega.

El radioperiódico 'El Flechazo' se inició en la emisora Ondas de Riohacha, de la capital del departamento de La Guajira, propiedad del extinto líder guajiro Eduardo José Abuchaibe Ochoa, creador del grupo político 'Mayorías Liberales'.

'El Flechazo' se emitiría después a través de la emisora Radio Almirante, propiedad también del connotado político guajiro.

En sus inicios apoyaba las tésis políticas del ex Senador, exgobernador y ex Embajador Abuchaibe Ochoa, pero en su proceso se fue empoderando de la sintonía y poco a poco se convirtió en uno de los medios informativos mejor posicionados no solo de Riohacha, sino de los municipios del departamento de La Guajira, hasta donde llegaba la diáfana, potente y sonora voz de Álvaro Flórez Ortega.

Pero el incansable trabajador de los medios no conoció límites en su ejercicio profesional. Trasegó también por la televisión y la prensa, guardando siempre el nombre que lo hizo reconocido en el ámbito peninsular.

El polémico y controversial periodista y locutor llegó a Riohacha y el amor por su esposa y su profesión hicieron de él, un riohachero más. Llegó para quedarse en la tierra de Francisco 'El Hombre', de la Yonna y las Majayut.

Dueño de un gran apetito, fue amante de la exquisita cocina criolla y siempre estaba presto a descubrir con sus 'compañeros de travesía', un nuevo destino para degustar las delicias guajiras.

En este placer lo secundaba su compañera Lorena Illidge Barros, quien se enorgullece de haber preparado para él, los manjares más insospechados, con los cuales mantenía halagado el paladar del gran catador.

Jamas se le veía solo. 'El Flechazo' siempre estaba rodeado de sus más cercanos amigos, con los cuales compartía muchas horas al día, a bordo de su reconocida 'cuatro puertas'.

Fue impulsor de muchos periodistas, a los cuales invitó para que desde Santa Marta o Barranquilla, llegaran a Riohacha a compartir con el su gran pasión. Son muchos los que llegaron, quedaron prendados de esa magia guajira, y como él, se quedaron.

Se retiró invicto. Trabajó en Radio Delfín, hasta el último día de su vida, con la misma pasión con la cual se inició. Para Álvaro Flórez el periodismo no era solo su oficio o su profesión. Era su estilo de vida.

Tenía un recia personalidad y defendía sus puntos de vista con vehemencia y gran pasión. A nadie pudo resultar indiferente. Álvaro Flórez fue un hombre que despertaba las más extremas emociones, pero nunca en su paso por la vida, pudo ser ignorado.

Hoy, la voz se 'apagó'. Los flechazos no volverán a ser lanzados, pero en la memoria de su familia, la gran familia periodística y la comunidad riohachera, quedarán por siempre impresos los recuerdos que evocan al hombre que llegó para quedarse, a la tierra del cardón, los cactus y las iguarayas. A la tierra donde nace el sol. A esa tierra donde Álvaro Flórez dejó el eco potente y resonante de su voz.

Paz en la tumba del colega y amigo. Que Dios lo tenga en su Santa Gloria.